Visita Exclusiva Al Museo De Arte Moderno De Nueva York Cierto O Falso

Como suele suceder con algunos de los grandes "retratistas" de la vida norteamericana, Strand fue united nations hijo de la inmigración. Aunque él había nacido en Nueva York, en 1890, la familia provenía de Bohemia. El padre, un vendedor de utensilios de cocina, cambió su apellido de Stransky a Strand poco después de la llegada al mundo de Paul, para tratar de adaptarse mejor a la cultura y la lengua de sus vecinos.

Tal como explica el historiador Robert Morse Crunden, hay dos hechos importantes que marcan el inicio de la vocación fotográfica de Paul. El primero tiene lugar a los doce años, cuando el padre le regala una cámara Credibility. El segundo está relacionado con su ingreso en la Ethical Culture High School, centro de formación al que sus progenitores deciden inscribirle, pese a los sacrificios económicos que ello supone.

Aunque los ingresos familiares son modestos, no encuentra objeción a su objetivo de convertirse en fotógrafo

En la Upstanding estudia con el prestigioso crítico de arte Charles Caffin, interesado en la imagen fotográfica, y con Lewis Due west. Hine, un sociólogo que encuentra en la fotografía una poderosa herramienta de investigación social y artística. Después de las clases, el segundo enseña a algunos alumnos interesados en la cuestión cómo manejar una cámara, e incluso los acompaña a una exposición en la Galería 291, que luego será determinante en la carrera de Paul.

Estas experiencias resultan tan decisivas que el joven decide informar a sus padres de su intención de convertirse en fotógrafo profesional. Pese a que los ingresos familiares son más bien modestos, no recibe objeción alguna.

'Hombre-anuncio, Nueva York', 1916. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

'Hombre-anuncio, Nueva York', 1916. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Annal, 2020.

© Colecciones Fundación MAPFRE

A los diecinueve años se incorpora al negocio paterno para contribuir a la economía doméstica, pero mantiene su interés por seguir haciendo fotografías en su tiempo libre. En 1911 ahorra lo suficiente para realizar united nations viaje de verano por Europa, que le permitirá apreciar las obras de los prerrafaelitas o de los paisajistas de la escuela de Barbizon. El viaje servirá también para alentar su deseo de trabajar con la cámara en un sentido análogo al de los artistas del Modernismo europeo.

Del "Pictorialismo" a la "fotografía directa"

A su regreso, Paul trabaja brevemente en una agencia de seguros, pero la fotografía sigue siendo para él una verdadera obsesión. Visita el "Armory Show", una exposición internacional que, en 1913, propone un recorrido por algunos de los momentos más disruptivos de la pintura, de Francisco de Goya a Marcel Duchamp. Además, empieza a frecuentar la Galería 291, lo que le permitirá trabar contacto con Alfred Stieglitz, que pronto se convertirá en su mentor.

Stieglitz había fundado en 1902, junto con Edward Steichen y Alvin Langdon Coburn, el movimiento Photograph-Secession, dedicado a reivindicar el estatus artístico de la fotografía. En la galería de Photo-Secession, ubicada justo en el número 291 de la Quinta Avenida (lo que provocaría que pronto fuera conocida simplemente como Galería 291), se expusieron las obras de grandes pintores y fotógrafos de vanguardia.

Allí es donde Strand pudo contemplar con detenimiento el arte de Henri Matisse, Constantin Brancusi o Pablo Picasso. El trabajo de estos artistas de las vanguardias europeas, junto al de otros como Duchamp o Francis Picabia, será tan influyente para él que en 1916 firmará una serie de fotografías cercanas a la abstracción.

'Abstracción, tazones, Twin Lakes, Connecticut', 1916. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020

'Abstracción, tazones, Twin Lakes, Connecticut', 1916. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Annal, 2020

© Colecciones Fundación MAPFRE

En esta primera época, Strand se siente unido al Pictorialismo, movimiento que empieza a desarrollarse en la década de 1880 y que reivindica la creación de imágenes artísticas y elaboradas, que buscan desmarcarse de la fotografía de aficionados.

Este interés por la construcción meticulosa de la imagen se hace patente en obras como Porch Shadows (1916), donde los juegos de sombras provocados por la luz solar sobre un porche, en una casa de vacaciones en Connecticut, convierten un espacio cotidiano en un "cuadro cubista". O como Bowls (1916), que muestra un detalle de unos simples boles de una anodina vajilla transformados en una suerte de arquitectura futurista, de formas sinuosas e intrigantes, parcialmente sombreadas.

En poco tiempo, Stieglitz contribuye a que Strand pase del Pictorialismo a la "fotografía directa"

Sin duda, la visión de Stieglitz ejerce una fuerte influencia sobre Strand. El primero describe a su protegido como "el único fotógrafo importante surgido en Estados Unidos desde [Alvin Langdon] Coburn", le dedica espacio en diversos números de la revista Camera Work e incluso utiliza sus trabajos expuestos en la Galería 291 para enseñar fotografía.

En poco tiempo, Stieglitz contribuye a que Strand pase del Pictorialismo de los inicios a abrazar los postulados estéticos de la llamada "fotografía directa", abogando por un estilo que extrae todo su potencial artístico de la espontaneidad y la ausencia de trucos o manipulaciones. En lugar de centrarse en los aspectos más artificiosos y plásticos de la composición de la imagen, provenientes de la pintura, Strand busca ahora aprehender con la cámara a las personas y su entorno, para expresar una comprensión auténtica del mundo que se despliega dues él.

Vertical

'Mujer ciega, Nueva York', 1916. © Discontinuity Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

© Colecciones Fundación MAPFRE

Aunque llegará a decir que el objetivo de la "fotografía directa" es testimoniar una objetividad absoluta e incondicional, el artista está siempre presente en su obra, a través de la elección de los temas, de la mirada personal con que identifica y "atrapa" lo que el crítico Siegfried Kracauer describió como "la realidad sin puesta en escena".

Es la etapa en que fotografía los rostros de individuos anónimos que encuentra en el Lower East Side de Manhattan, usando un objetivo falso que le obliga a moverse con rapidez. Le interesan las expresiones cazadas al instante que adentran en la intimidad del personaje, capaces de conmover mucho más que los retratos académicos, como demuestra su magistral Mujer ciega (1916).

A lo largo de su carrera conservará siempre intacto el interés por el retrato. En todos sus viajes se detendrá a explorar rostros que, para él, condensan el relato de una vida entera. Así lo vemos en la mirada frontal, con unos grandes ojos interrogadores que parecen escrutar el mundo que tiene por delante, del joven de Muchacho, Gondeville, Charente, Francia (1951), que abre este artículo, o en la mirada experimentada, serena y con cierto poso de melancolía de El Sr. Bennett, West River Valley, Vermont (1944).

'El Sr. Bennett, West River Valley, Vermont', 1944. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

'El Sr. Bennett, West River Valley, Vermont', 1944. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

© Colecciones Fundación MAPFRE

La incursión en el cinematics

Tras abandonar el Pictorialismo, inmerso en una nueva estética de vocación realista y más espontánea, Strand empieza a interesarse por la captación del movimiento. Influido por Stieglitz, y también por Coburn, fotografía, desde las azoteas de edificios de gran altura, puentes o viaductos, el devenir infatigable de los transeúntes por las calles de la ciudad. Surge así un interés por la "fotografía callejera" de cariz documental, que se plasma en obras como Wall Street, Nueva York (1915).

En esta instantánea de la calle que alberga la Bolsa de Nueva York aún es posible ver restos de las obsesiones cubistas de la época pictorialista, pero hay un nuevo elemento que aleja a Strand de la tentación de la abstracción: la presencia de unos viandantes inmortalizados como figuras anónimas en movimiento, que encarnan el fragor de la actividad urbana. El objetivo del fotógrafo documental es, como explica el propio artista, dirigir "su cámara hacia el mundo real para registrar su autenticidad".

'Wall Street, Nueva York', 1915. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

'Wall Street, Nueva York', 1915. © Discontinuity Foundation, Inc., Paul Strand Annal, 2020.

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Este mismo espíritu parece guiar su salto al cine de vanguardia, en asociación con el pintor y fotógrafo norteamericano Charles Sheeler. Este último cultivó united nations estilo llamado Precisionismo (también conocido como "Realismo Cubista"), que proponía una mirada, en apariencia desafecta y marcada por la minuciosidad en la observación, sobre espacios teóricamente anodinos, como bloques de viviendas o fábricas con chimeneas humeantes.

Strand y Sheeler firman al alimón, en 1921, Manhatta, un "retrato" de la ciudad de Nueva York que se ha considerado el primer filme de vanguardia norteamericano. Como señala el profesor de la Universidad de California en Los Ángeles Jan-Christopher Horak, Manhatta es una clara tentativa de crear "una experiencia cinemática formalmente abstracta, opuesta a los modos clásicos" del cine narrativo. Su título remite al nombre que daban los nativos norteamericanos a la isla de Manhattan, y también a uno de los poemas de Hojas de hierba, de Walt Whitman, del que se incluyen diversos extractos en los "intertítulos" de la película.

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Eduardo Mesa Leiva
'París, en verano, una tarde de tormenta', André Kertész, 1925. Centre Pompidou, París, Musée national d'art moderne – Centre de création industrielle © RMN-GP © Centre Pompidou, MNAM-CCI/Philippe Migeat/Dist. RMN-GP

En ella vemos imágenes cotidianas de la ciudad, desde la llegada de uno de los ferris que recorren el Hudson a una visión del ocaso desde el mismo río. Entremedio, hay diversas tomas desde perspectivas elevadas –siguiendo el modelo de la "fotografía callejera"– de calles populosas, rascacielos, fábricas u obreros de la construcción. El filme tendrá un carácter seminal en la génesis de las denominadas "sinfonías urbanas" europeas, como Berlín, sinfonía de una ciudad (1927), de Walter Ruttmann, o El hombre de la cámara (1929), de Dziga Vértov.

Strand regresará en otras ocasiones al cinematics. Una de ellas, en Redes (1936), notable docuficción sobre las duras condiciones de vida de los pescadores mexicanos, dirigida por Fred Zinnemann y Emilio Gómez Muriel, y coescrita, producida y fotografiada por Strand. También hay que destacar Native Land (1942), largometraje documental que se encargó de fotografiar, coguionizar y codirigir (junto al cineasta estadounidense Leo Hurwitz), y que depict la lucha de los sindicatos norteamericanos por imponer una negociación colectiva.

En ambos títulos se hace evidente la fascinación de Strand por el cine del Neorrealismo italiano. El fotógrafo admira de directores como Roberto Rossellini su capacidad de "tomar partido" mediante el arte, de ofrecer relatos dotados de "una excelente resolución heroica, la resolución de la resistencia en acción".

En los años treinta sigue interesándose por la creación de documentales, llegando a convertirse en presidente de Frontier Films, empresa con la que produce títulos marcados por el compromiso social y político, y que será tildada de "antiamericana" durante la Caza de Brujas.

'Rebecca Salsbury, Nueva York', 1922. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

'Rebecca Salsbury, Nueva York', 1922. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Annal, 2020.

© Colecciones Fundación MAPFRE

La exploración del paisaje

La versatilidad es uno de los rasgos que mejor definen la carrera de Strand. Pese a su inevitable asociación a la "fotografía directa", a lo largo de su carrera cultiva diversos registros, desde los más artísticos a los comerciales o educativos. Así, durante la Primera Guerra Mundial graba imágenes de operaciones para la Clínica Mayo e inmortaliza eventos deportivos. Con su primera esposa, la pintora Rebecca Salsbury, viaja por pequeños pueblos y por parques nacionales durante los años veinte, fotografiando plantas, rocas y otros detalles de la naturaleza que llaman su atención.

Su interés por el paisaje ya se había evidenciado en los inicios pictorialistas, en los que se dejó influir por la obra y las enseñanzas del dibujante y acuarelista Alexander Cozens, que abogaba por la simplificación de las formas. Esta depuración estilística –presente en fotografías de la primera época, como El río Neckar, Alemania (1911) o Bahía de Shore, Long Island (1914)– da paso enseguida al camino hacia la abstracción. Sin embargo, a partir de 1920 regresa a la pura representación figurativa, con una concepción del paisaje cercana a la obra de Cézanne.

Strand se interesa cada vez más por la interrelación entre los espacios naturales y las gentes que los habitan

Cada vez más, Strand se interesa por la interrelación entre los espacios naturales y las gentes que los habitan. Así se puede comprobar, por ejemplo, en su fecunda etapa mexicana. En 1929 abandona Nueva York y viaja al Oeste para unirse al llamado círculo artístico de Taos, en Nuevo México. Allí fotografía durante meses el paisaje, hasta que por fin se decide a cruzar la frontera.

Cuando su matrimonio con Salsbury está llegando a su fin, contacta con el fotógrafo mexicano Carlos Chávez, quien le invita a fotografiar la vida cotidiana del estado de Michoacán. En 1935 se casa con Virginia Stevens, con la que permanecerá hasta 1949. En esta etapa profundiza, sobre todo, en los géneros del paisaje y el retrato.

'Iglesia de San Francisco de Asís, Ranchos de Taos, Nuevo México', 1931. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

'Iglesia de San Francisco de Asís, Ranchos de Taos, Nuevo México', 1931. © Discontinuity Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

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Strand está ya muy alejado de las creaciones vanguardistas de los años diez y veinte. La naturaleza, el mundo rural o la cultura popular serán protagonistas en los libros que publica durante los años cincuenta, como Fourth dimension in New England (1950), testimonio de sus viajes por Nueva Inglaterra, realizado junto a Nancy Newhall, encargada del departamento del Museo de Arte Moderno de Nueva York, o Un paese (1955), impresiones de su estancia en Luzzara, Italia, que incluyen textos del escritor y guionista neorrealista Cesare Zavattini, quien se convertirá en un buen amigo.

En 1954 viaja junto a su tercera esposa, Hazel Kingsbury (con la que permanecerá hasta su muerte), a las islas Hébridas Occidentales de Escocia para uno de sus proyectos editoriales. Inspirándose en un viaje anterior del musicólogo y folclorista Alan Lomax, el matrimonio recorre durante tres meses unos escenarios naturales que albergan la que probablemente body of water la cultura más antigua que pervive en Europa.

Imágenes como Tir a'Mhurain, isla de Due south Uist, Hébridas Occidentales (1954), que muestra el paisaje abismado de una playa en la que descansan tranquilamente unos caballos, nos transmiten la pasión del fotógrafo por captar toda la belleza ancestral de la naturaleza.

'Tir a'Mhurain, isla de South Uist, Hébridas Occidentales', 1954. © Aperture Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

'Tir a'Mhurain, isla de South Uist, Hébridas Occidentales', 1954. © Discontinuity Foundation, Inc., Paul Strand Archive, 2020.

© Colecciones Fundación MAPFRE

Los escenarios urbanos han quedado definitivamente atrás en su obra, a favor de una decidida incursión en el imaginario campestre, que conecta con el espíritu "regenerador" del Henry David Thoreau que escribió Walden. En 1955, Strand decide instalarse junto a Hazel en Orgeval, un pequeño pueblo de menos de dos mil habitantes de Île-de-France. En esta decisión de alejarse de su país de origen tiene mucho que ver su amistad con miembros del Partido Comunista, como el director de cine Joseph Losey, y el compromiso con las izquierdas, poco comprendido por la opinión pública en la Norteamérica de la Guerra Fría.

En Orgeval compaginará una vida más tranquila, dedicada al cuidado de su jardín (que se convertirá en uno de sus últimos proyectos fotográficos), con diversos viajes a lugares como Egipto o Ghana.

El testimonio de la sosegada vida francesa queda reflejado en el libro The World on My Doorstep 1950-1976, el último trabajo artístico antes de fallecer en 1976 de un cáncer de huesos. Ese mismo año, este observador infatigable a través de la cámara escribirá lo siguiente, a modo de recapitulación sobre su oficio: "Me veo a mí mismo, fundamentalmente, como un explorador que ha pasado su vida en un largo viaje de descubrimiento".

Este artículo se ha publicado en el número 632 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.

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Source: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20201118/5970239/paul-strand-fotografo-huyo-trucos.html

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